miércoles, diciembre 28, 2005

3+1

Ella se llamaba Maria Endrinal Petit. Había abandonado a su familia para largarse con un ejecutivo francés del carrefour. De pequeña dicen que era pizpireta y bella. Una vez fue secretaria. Una vez fue madre. La llamaban Charito. La jugada no le salió bien. Y todos le dieron la espalda. Ahora vagaba por las calles (esas calles en las que pronto será ilegal estar, cortesía de Joan Clos, el primer socialista que tan bien sabe evocar al régimen).

Ellos eran tres amigos. Huidos del instituto, y también de la sociedad. Tenían nombre y apellidos. Ricard Pinilla Barnés, Oriol Plana Simó, mayores de edad, aunque solo por años, no por mente y un menor llamado Juan José M.R. A éste último le llamaban Vader, y también dicen sus allegados, que solo era un cobarde, y daba más lástima que miedo.

Una noche de estas navidades donde todo son sonrisas y no hay lugar para la tristeza, estos jóvenes quemaron a esta mujer en el cajero. La rociaron con gasolina, y añadieron fuego. Dice uno de los padres que lo hicieron sin mala intención. Para escarmentarla.

Dicen los medios que estos jóvenes jugaban a videojuegos violentos y veían La naranja mecánica. Ya se sabe que las películas violentas....
No. Al carajo. Kubrick no incita al a violencia. Pero ¿no será que en la sociedad actual la salud mental sigue siendo un tema tabú?
Poco importa, porque todo sigue igual, y tenemos a 4 víctimas de una sociedad donde nos pregonan que vivamos entre besos y porros, fiestas que nunca acaban, y ser los protagonistas de esta película de la vida que sobrecarguemos de glamour impostado.

Ellos eran extras. Eran patéticos. Y miradles. Los despreciamos y adjudicamos la culpa a una obra de arte como la de Kubrick, que precisamente denuncia la violencia en la sociedad. Pero eso siempre es más sencillo.
Image Hosted by ImageShack.us
Maria Endrinal Petit. Descansa en paz.
Los otros tres, estaban muertos hace mucho tiempo. Aunque ahora esten en la cárcel, o en un reformatorio. No importa. Nacieron muertos. Pero da igual. Ahora los abrasaremos a ellos, diremos que son el Mal, y nos apiadaremos de esa vagabunda que el resto del año solo ocupa portales, cartones, y que nos importa esa porción que ocupa ella. Nada. Y también criticaremos, insultaremos gratuitamente a adolescentes que son monstruos que nosotros creamos. Pero es mas facil ¿verdad? Después seguiremos cantando villancicos y esperando la lotería.

- PD.: Mil gracias a Ignacio Escolar.

2 comentarios:

Listo Entertainment dijo...

claro que sí!

y que tengamos todos un feliz 2006, por el culo te la hinco.

:)

El Miope Muñoz dijo...

A su pesar me gusta la navidad.
Aunque solo sea para deconstruirla ;)