lunes, junio 26, 2006

"CELEBRITY": MANHATTAN CREPUSCULAR

Celebrity
(Celebrity, 1998).
G y D.: Woody Allen.
I.: Kenneth Branagh, Judy Davis, Winona Ryder, Melanie Griffith, Leonardo DiCaprio, Joe Mantegna, Famke Janssen, Hank Azaria, Michael Lerner, Bebe Neurwith, Debra Messing.
Duración.: 113 minutos.
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Woody Allen es un cineasta que indudablemente ha conseguido crear un estilo propio e inimitable pero además logra transmitir al espectador una serie de ideas de una forma sencilla sin que dejen de ser sus películas todo un universo conectado y complejo en sí mismo.

Tengo la idea de que en los años noventa Allen alcanza su máximo esplendor artístico con varias cimas que injustamente pasan del experimento y que se iniciaron con su obra maestra Delitos y Faltas. En esa línea de comedias claramente amargas (dejando al margen la grandeza wilderiana y clásica de la increíble Balas sobre Broadway, que también podría estar en esa línea) donde cada chiste suena más triste que el anterior y llega a sus cotas de lucidez resumiendo los hallazgos de sus anteriores logros, y reinventando.

Maridos y mujeres sigue la línea de sus crímenes y faltas, ampliando la película a varias perspectivas, pasando por una dirección cassavetiana, hasta por una complejidad absoluta a la hora de retratar las relaciones humanas. Porqué Allen no es otra cosa que el cronista del hombre en una sociedad contemporánea y lo hace utilizando variopintas formas si se quiere. Desmontando a Harry es una obra indudablemente maestra donde una continua y muchísimo más irreverente sucesión de gags nos (des)dibujan con maestría la figura del escritor y Celebrity es claramente una película llamada a ser Manhattan pero con una perspectiva muchísimo mejor.

Su protagonista Lee Simon es un frustrado, y está encarnado por Kenneth Branagh que trata de resultar lo máximo de alleniano posible pero no funciona en la estratosfera que si lo hace John Cusack y su rostro ingenuo, ni Jason Biggs, ni desde luego la incontrolable comicidad infinita de Will Ferrell. Imita a la perfección los tartamudeos vocales pero tampoco resulta antipático, si consigue algo que inconscientemente Woody tapiaba con dosis de simpatía y el propio realizador neoyorquino comentaba cuando rodaba Desmontando a Harry: la necesidad de buscar otro actor mejor para retratar a la perfección un personaje egoísta y que encarnado con él parece más simpático.

Nadie duda a estas alturas que Isaac Davis es un personaje caprichoso pero lo más contagioso (sin negar por ello las virtudes de Allen como actor construyendo un alter ego que evoluciona muy bien) son sus grabaciones sobre las cosas que valen la pena en la vida y consigue conectar con nosotros. La conexión que establecemos con Lee es más intelectual que de pura simpatía, Allen logra diría que inconscientemente dejar en relieve el egoísmo de su personaje, un auténtico personaje frustrado y desolado, sin recurrir a las frialdades y artificiosas distancias que empleaba Mike Nichols para retratar gente que solo piensa en si misma en Closer.

Lee Simon no se difiere en realidad de Ike Davis, tiene un trabajo que no le gusta, y se codea con la celebridad. Pero Allen usa el contrapunto para narrar la historia y nos cuenta el ascenso involuntario de su recién ex esposa Robin por puro azar, y el fracaso completo de Lee por solo pensar en sí mismo.

A través de estos dos personajes Allen conoce a la sociedad ya que como sabiamente exclama uno de sus personajes, si quieres conocer a la sociedad solo tienes que ver a quién hace célebre.
Hay muchísima acidez en el destino de Robin (otra perfecta alter ego de Allen encarnada por la siempre efectiva Davis) que asegura que ha renunciado a sus principios, y se ha convertido en la persona que odiaba, pero es más feliz.

Ahí lanza Allen su sagaz observación, en las pequeñas ironías de la vida, y en el misterio de la felicidad humana. El marido de Robin, Tony, vive feliz y entregado a ella, pero su vida familiar se ha relegado a hacer favores a todos sus parientes debido a su fama. Y Lee que escribe una novela acerca del rumbo equivocado de la cultura contemporánea, dándose cuenta de ello no puede dejar de ser inseguro y de sentirse atraído por todas las musas de la celebridad (que encarnan con una singularidad inspirada Melanie Griffitih y Charlize Theron), y al final de su viaje cuando sabe que es un observador desencantado, que se ha dado cuenta de todo, su novela desaparece por los aires por culpa de su inagotable egocentrismo. Solo parece aprender al final, cuando da con alguien que es igual que él.

La maravillosa fotografía del bergmaniano Sven Nykvist nos devuelve a las mágicas perspectivas de Gordon Willis pero esta vez los paseos por el East Side son más cortos (aunque no menos inolvidables), y los encuentros siempre son efímeros. Esta fábula moral de Allen pasea un pesimismo enorme pero no gratuito ya que en Manhattan aún había un personaje maduro e inocente (aquél que encarnaba Mariel Hemingway), aquí todos parecen aquejados de toneladas de neuras y egos que admiten el fracaso de la psicoterapia. Ello no nos priva de dos gags genuinamente allenianos como las peculiares lecciones de felación o las mujeres polimorfamente perversas.
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Al final en la pantalla de cine vemos brillar un “Help!” de humo dibujado por un avión y en ese momento Ella Fitzgerald empieza a cantar Did I Remember. El vacío sigue ahí. Y Allen lo ha vuelto a lograr. Otra vez (más).

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Ostras, vi esta película hace tantísimo, bueno, concretamente cuando se estrenó, que sólo recuerdo escenas aisladas, pero no me gustó mucho. De hecho, creo que fue ente ésta, Poderosa Afrodita y Ladrones de medio pelo, que incluso llegaron a aburrirme, cuando decidí que el Allen de esa etapa y yo éramos incompatibles.

Anónimo dijo...

Celebrity me gustó bastante, la vi también en el estreno pero hace poco la recuperé justamente por eso: no la recordaba

Los primeros años de los 90 son muy buenos para allen, sobre todo a Maridos y Mujeres le tengo un especial cariño ahora no sé si tanto los últimos... creo que ahí ya empezó a mostrar signos de agotamiento

Anónimo dijo...

Celebrity me gustó bastante, la vi también en el estreno pero hace poco la recuperé justamente por eso: no la recordaba

Los primeros años de los 90 son muy buenos para allen, sobre todo a Maridos y Mujeres le tengo un especial cariño ahora no sé si tanto los últimos... creo que ahí ya empezó a mostrar signos de agotamiento

Simon Templar dijo...

Alvy, qué tal? Hacía mucho que no pasaba por aquí. Imposible que me ponga al día. Si a Allen se le conoce por su "película por año" a ti "por tu post diario".
Nada chico. Tu sigue igual. Espero que te haya ido bien la Sele, por cierto.
Un abrazo y hasta pronto.

Simon Templar dijo...

No hace falta decir, que comentas acertadamente un peliculón de Allen. El final, circular entroncando con el inicio, es espectacular.

Miguel Sanfeliu dijo...

Enhorabuena por tu post Alvy. Qué bárbaro. No me gustó "Celebrity", además me puso nervioso Kenneth Branagh porque me pareció que intentaba imitar a Woody Allen. Pienso que el tema podía haber dado mucho más de sí, porque desde luego me parece un tema muy interesante. Sin embargo, después de leer tu post te digo que me han entrado ganas de volver a verla.
Un saludo.

Portnoy dijo...

El personaje interpretado por Branagh es sencillamente nefasto. Creo que tiene razón K., intenta imitar a Allen y eso le quita credibilidad al personaje. De momento Biggs es quien más se ha acercado al prototipo de personaje que debería interpretar Allen (omito a Cusack porque no me parece que el personaje de Balas sobre Broadway debiera ser de ese tipo)
Will Farrell hizo que Melinda y Melinda me resultase intragable... quizás fuese cosas del doblaje (nadie es perfecto) pero, en contra de lo que la crítica decí, me pareció una película mediocre.
Pero me alegra ver que coincidimos en algo que me parece fundamental y que muchos parecen olvidar cuando hablan de Woody Allen:
Delitos y Faltas es una obra maestra.

De todas formas, y a pesar de los muchos defectos que le podemos encontrar a las películas de Allen desde hace ¿diez, quince años? cualquier película mediocre de Allen es muchísimo mejor que la gran mayoría de las películas. Yo destacaría la importancia que les da y el cariño que les confiere a los personajes secundarios de sus películas. Técnicamente son impecables y, lo que es muy de agradecer, son obras tremendamente elaboradas, contradiciendo su aparente sencillez.
Un saludo Alvy
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