Marvels de Kurt Busiek y Alex Ross es un intento más de canonizar al ilustrador Ross antes de tiempo y qué mejor para eso que una reescritura de toda la Marvel de la edad de oro, cuyo elemento más interesante es ver como la muerte de gwen stacy cierra un punto final. Busiek se esfuerza en tejer un relato periodístico que sirva de eco para armar toda su narrativa y darle consistencia a la revisitación. Funciona francamente bien en el primer libro donde Ross consigue su maestría al reproducir las batallas entre la primera Antorcha Humana y Namor. Luego Busiek/Ross ponen el piloto automático de las ilustraciones y consiguen sólo algún momento memorable, como el de la niña mutante que encaja perfectamente con la filosofía de los X-Men de marginados y repudiados en la sociedad. Sin embago hay un interrogante que no se explora: qué diantres delimita la líne aentre superpoderoso y mutante para la opinión pública. Es una lástima que Ross se mantenga intermitente y que su planificación visual solo vuelva a dar cuando evoque al espíirtu de gimmick inherente a las década de los 50/60, con el ataque de los centinelas. Cuando relata la muerte de Gwen Stacy, Busiek ya ha añadido una coartada metaficticia y una trama canónica enfrentando al reportero protagonista a una crisis de fe superheroica, Ross se siente más comodo relatando un melodrama que evoca más a Sirk que al instinto pop de Lee, Kirby, Ditko et al. Ross , como dice Tones, repele y fascina al mismo tiempo. Marvels es un ejemplo paradigmático de ello.: bellos instantes al servicio de la nada más absoluta, ideas desaprovechadísimas y la molesta sensación de una rápida campaña de prestigio para una insolencia (¡remakear a Kirby!) sin todo el descaro que si le echaron Mark Millar y Warren Ellis cuando se enfrentaron a la línea Ultimate.
lunes, mayo 19, 2008
Más acerca de la memoria de los Vengadores
En La muerte del Capitán América, capítulos de despedida para Steve Rogers, Jeph Loeb, Brian Michael Bendis y Ed Brubaker escriben lo que es una despedida para el líder vengador carismático. Todos los números están basados en el recuerdo de las grandes gestas del Capitán y los ligan como un trauma más en la extensa carrera de Peter Parker (reaparecen pues la pérdida de Ben Parke y Gwen Stacy). También está Bucky y se hace referencia a su juventud en la segunda guerra mundial, cuando luchó junto a nuestro héroe. Por supuesto ahí está Iron Man para curar su traumas y Logan mostrandose "honesto pero menos", todos para conmover.
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2 comentarios:
Totalmente de acuerdo en la valoración que haces de Marvels, un producto aparentemente precioso y preciosista, al que reconozco vuelvo con asiduidad, y que tiene algún que otro ramalazo brillante (tú has anotado dos, añado el perfilado de la historia personal del reportero).
Lo de "producto" creo sinceramente que le viene que ni pintado, ya que utiliza todas las trampas habidas y por haber para enganchar al lector melancólico con esos cuadros pictóricos de momentos colosales de la historia Marvel: cae la lagrimilla (yo también me emocioné con el final de Apollo 13 y el pétreo Ed Harris desmoronado) y la piel es de gallina cada tres páginas. Y lo hace fácil. Y en el fondo no busca nada más, con lo que se queda, para mi gusto, demasiado corto.
Aunque estoy pensando: si digo que es un producto creado por y para lograr ese efecto, esa emoción... Y lo hace bien, más que bien, incluso (sí, yo también me emocioné con el final de Apollo 13), así que quizás este producto sea una obra maestra, al menos en este sentido. Dudo ahora mismo, en tiempo real.
Un saludo
Interesante aportación Sergisonic. Lo cierto es que Marvels puede funcionar en su labor para emocionar, porque eso al fin y al cabo es subjetivo. Lo que es más juzgable es la manera que tiene de hacerlo y está bien claro: hay un énfasis en el héroe como secundario-al-que-conocemos y, por ejemplo, el periodista y su relación con Gwen es algo más bien manido, de una empatía a veces horrorosa. Que funcione por la extraña elegencia de Alex Ross es el gran misterio de Marvels. Ahora me lanzo a por Kingdom Come, YA.
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