Salanova y yo hemos estado hablando de Indiana Jones, concretamente de su segunda entrega, ya verán estos días los motivos más exactos de la charla. Naturalmente más que la película en sí, que me despierta un escepticismo de abuela, ha sido el especial que ha convocado el titánico Noel en el que ambos colaboramos y ya verán que bonito quedará. Bien acabo de recordar un detalle absolutamente genial de Indiana Jones y el templo maldito. Se trata de una precuela, como sabrán sin remarcar, porque está ambientada dos años antes de la primera entrega. Pero lo genial del asunto es que hay una escena, en el puente concretamente, en la que Indiana Jones quiere repetir la escena de la pistola de la primera parte pero ¡ha olvidado su pistola! Pueden ver la escena aquí a partir del minuto y ocho segundos.
Lo genial del asunto es que se trata de un guiño que apela a una escena que todavía no ha ocurrido para Jones, pero descubrimos que parecer estar acostumbrada a hacerla, pero apela naturalmente a la memoria del espectador de la primera. Hoy parece que sólo esta película podía permitirse una licencia tan metafísica y un codazo tan genial sobre la naturaleza del héroe sin despeinarse, y lo peor sin usar laca brillantina para resaltar las mismas.
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