viernes, diciembre 12, 2008

The broken status

Un amable lector (anónimo, pero aquí los queremos a todos) ha dejado una brillante respuesta a los textos que critican a James Wood. No dudo de la honestidad del crítico, ni del asunto, lo recalca nuestro bloguero, de que hey, se trata de un scholar. ¿Por qué iba a dudar? Wood votó a Claire Messud para el Booker de 1994 y a bien seguro de que el libro de Messud era el mejor. Lo dice Wood, un scholar, muchacho. El hecho de que Messud fuera su esposa y que Wood, ejerciendo la responsabilidad (ya será menos) de juez en esto de los premios literarios, olvidara mencionar que la señora y él…. Eso es menor. Seguro que Wood olvidó ese pequeño detalle que, por supuesto, no da una imagen global de su integridad. No. ¿Dudar de un hombre que vota a su esposa en unos premios con la historia y categoría de los Booker y lo oculta, cual niño travieso y sonriente, al resto del jurado? Eso jamás. Hay que jugar limpio. También con los hechos y nadie juzga a Wood por su papel en dicho jurado. A fin de cuentas era un premio y Wood sigue siendo uno de los mejores treinta críticos según The Economist.

En todo caso leí con mucho interés The Irresponsible self y creo en Wood como un crítico progresivamente refinado, pero el truco está en su defensa: "Tiene su propio procedimiento" asegura el defensor. ¿Pero y si se estuviera equivocando de procedimiento? Nadie acusa, que yo sepa, a Wood de deshonesto, pero sigue siendo incapaz de enfrentarse a ciertos tipos de ficción y me parece que colocar a Zadie Smith, David Foster Wallace o Thomas Pynchon a una altura similar es una inconcreción impropia de él. Aún así, espero con ganas hacerme esta navidad con How Fiction Works y seguir con la discusión literaria que inteligencias como la de Wood, hacen más agradable día a día.

2 comentarios:

Luna Miguel dijo...

tout est broken.

Anónimo dijo...

Decir que es incapaz de enfrentarse a determinado tipo de ficción es una bobada, cuando hay textos suyos para cubrir una catedral con razones muy precisas por las cuales no valora tanto como la mayoría a esos autores. Críticas que, dicho sea de paso, os tomáis mucho a la tremenda, tampoco es que iguale a todos esos escritores ni diga que son una mierda, ni siquiera niegue su talento (es más, lo afirma), sólo destaca un aspecto común a todos ellos y le pone ciertas objeciones. Claro que tiene su propio procedimiento y criterios y preferencias y mecanismos, como tú o como todo el mundo. ¿Qué trampa es esa? ¿Acaso niega él tenerlo? Hace ya muchas décadas que la objetividad no pinta nada en esto, se trata de contrastar subjetividades. Él ofrece la suya, la explica y desarrolla. Si hay disenso, bienvenido sea el disenso, por supuesto, pero un disenso que discuta los argumentos, no la calidad moral de la persona. La validez de un argumento es independiente la integridad moral de quien lo formule.

A eso es a lo que va el artículo, destacar que Wood da razones, expone sus criterios y los deja abiertos a discusión, sus detractores se limitan, os limitáis, a intentar desacreditar sus argumentos con anécdotas personales y como mucho poner interrogantes sobre su integridad. Es lo que haces tú aquí, y antes. Que haya o no favorecido a su mujer en un jurado, los caprichos de las listas de revistas, las modas, etc. no tienen relación alguna con su argumento contra un aspecto concreto de la Smith, el Pynchon y el resto de la banda.
Si os parecen incorrectos, bien, haced lo propio, ofreced argumentos, no recursos de tertulia de corazón.