lunes, enero 03, 2011

Yo querría ser Son Gokuh


El tercer disco de Els Amics de les Arts es un evento generacional. O un retrato. O algo así. Historias de amor fallidas cargas de pringados, petulancia urbana (desde evocar al best seller culto hasta el amor de verano surgido los ciclos de cine francés en Barcelona) y demás sentimientos de la contemporaneidad esa. Su canción más íntima es quizá la más épica. Titulada Per mars i muntanyes, es una magnifica y sarcástica mirada a una juventud que viene: niños que sueñan con interpetar el mundo con los códigos infantiles del manga/anime Dragon Ball y hacen de ello una nostálgica bandera de un mundo perdido. El de la niñez, claro, lo que nos lleva directamente al tebeo Scott Pilgrim de Bryan Lee O’Malley y la posibilidad (ridícula, tierna) de concebir el mundo como un videojuego arcade de dos dimensiones. La inmadurez no es otra cosa que una infancia indigesta, recuperada.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo no soy muy avispado, ni muy culto, pero me llegó la frase "La inmadurez no es otra cosa que una infancia indigesta, recuperada". Me llegó tanto, que tengo que divergir. A lo mejor es mi visión del mundo pero la inmadurez para mí es esa hostia que no nos dieron, o esa depresión juvenil que nadie nos diagnosticó.

Roger Vilaseca dijo...

El tema si que té nom, de fet es diu 'Per mars i muntanyes'. Encara no he llegit l'entrevista a El País, en tinc ganes...

El Miope Muñoz dijo...

Gràcies Roger, ara ho edito!