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viernes, julio 06, 2007

El cáliz de Potter

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El lector más listillo y harto de la saga ya se topará al dar con el libro con una sorpresa: hasta la página 145 el expreso de Hogwarts no hace acta de aparición. Un rasgo sin duda muy sintomático para un libro muy divertido. Harry Potter y el cáliz de fuego es, para empezar, una forma brillante de romper con el ya formulario esquema de las primeras entregas. JK Rowling se dio cuenta de su error y decidió centrarse en los elementos más costumbristas. Porqué, pese al absurdo complejo de madurar y hacerse oscuro (¡por el amor de Barrie y Carroll: como si la literatura juvenil no pudiera ser aparente y sí muy sugerente, perversa y sutil!) que abunda entre los críticos/fans/consumidores, esta novela es en su primera parte una comedia. Como lo leen. Si Roth y Malamud afinaron un montón con su comedia jewish, lo de Rowling es comedia magish, sobre el peculiar costumbrismo de este mundo de magos.

Otro punto a favor es el breakdown que supone la intro: la mansión de los Ryddle y su leyenda urbana, funcionan a modo de guiño pop a todos los que esperan que esto sea oscuro. El sentido del humor ofusca cualquier deshonestidad o ambición desmedida: sólo así hemos de interpretar lo de la Marca Tenebrosa. ¡A estas alturas quién va a temer a Voldemort, ese villano de mwa-ha-ha!

Rowling consigue paliar a medias uno de sus principales errores: la justificación dramática. Este error es muy común en la saga de Potter y ponen en evidencia la vulgaridad de la autora para dar vida a cualquier situación dramática. Como cuando trata de ponerse épica, vaya. Los momentos tensos de Winky son patéticos y no digamos ya cuando descubrimos el trasfondo trágico de los papás de Neville Longbotoom. No, JK, no. No intentes dar a tus patanes un aire tierno, esto solo revela una estupidez que trata de decirle a uno pssst, que aquí todos somos personajes TRIDIMENSIONALES de una forma ridícula, porqué parece que se avergüence de la magnífica condición de arquetipos de sus personajes. Como si C3PO fuera en realidad el hijo de un robot obrero, muerto heroicamente en las primeras luchas de jedi y sith, vaya.

Por otro lado, el meollo central del film vuelve a poner de manifiesto que esto es una intriga detectivesca a la Agatha Christie, tal y como aseguraba Stephen King en su review para el New York Times, con sus momentos glamourosos con bailes de navidad, encuentros secretos y sospechas desatadas. Todo ese misterio se pierde hacia el final, no obstante el resultado es estimable.

Para el tercer acto, JK Rowling se ha propuesto, de nuevo, evocar a Chandler pero también a Bioy Casares. Su maravillosa forma de introducir esos flashbacks reveladores, conandoylescos, con esos aparatos tan fascinantes como el Pensador le recuerdan a uno a más de una de las ilusiones que llenaban la isla de Morel. Y ese final, con Voldemort matando (¡sí!) y dando un discurso que por fin, le empieza a situar en un buen lugar (en el del malo que supera al arquetipo y se instala en lo terriblemente lógico, línea Ozymandias con pretensiones divinas) que ya merecía. A pesar de ello, el final con los Dursley puede dejarnos un tanto insatisfechos pero antes Rowling nos ha tenido con el falso Moody entretenidísimos. No obstante, a pesar del momento chandleresco de Harry, despidiéndose de un compañero de forma trágica, Rowling vuelve a hacer de las suyas haciendo reaparecer a Winky y… dando al traste de nuevo con la tensión de la situación.

Potter is all around

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Tras leer el libro de forma frenética, emocionante, terminé viendo la cuarta adaptación de la película. Primero hablaré de la película que está llamada a convertirse en pope de un nuevo subgénero ignorado por la crítica más especializada y también la más libertaria: el cine basura global. El primer ejemplo de ello es Spider-Man 3, pero Harry Potter 4 alcanza cotas más memorables al no ser un engendro tan insoportable como la tercera del hombre araña, aunque no por ello significa que sea sustancialmente mejor.

I feel it in my fingers
I feel it in my toes


¡Qué pragmáticos son los británicos (de la Warner Bros)! Pensaron: ya que el cuarto libro es el más cómico, contrataremos a Mike Newell. Pero ellos contrataron a Mike 4 Bodas y un Funeral Newell. Pero también a Mike El Despertar Newell, el más psicotrónico y sin duda el más olvidado. O sea: tenía que filmar una película más oscura (porqué ahora es moda ¿saben? Que todo sea más oscuro) de las películas. Si hubiera estado Richard Curtis en el guión hubiera sido realmente interesante: otra basura pero de otra catadura, mucho más interesante a nivel degenerativo y al fin y al cabo no tan lejano del espíritu Rowling.

It's written on the wind
It's everywhere I go


Harry Vivir Así es Morir de Amor Potter is back. Esta vez con Hermione en teoría debería de ponerme Ron, pero Radcliffe está MÁS BUENO Granger y Ron Emma Watson es MÍA, Kloves! Weasley. Steve Kloves, el guionista de las anteriores (¿de la de Cuarón… también?) está muy perdido: realmente o se ha leído la novela muy por encima o esta vez la Warner Bros le ha encomendado que haga una película más oscura. O sea, una sucesión de momentos aparatosos con nulo nexo argumental: ¿estamos (o no) ante el nacimiento de un nuevo género? Aunque los muchachos de Las Horas Perdidas se equivocan: el problema de la película no es su melodrama, sino su ausencia total de narrativa sustuituida por un catálogo de maravillas (y minutos). Aunque la dark fantasy está insertada porqué sí y el cementerio (lugar clave y climático) resulta demasiado artificioso para transmitir... algo.

Christmas is all around me
and so the feeling grows



Y llega el baile de Navidad: Newell se pone a hacer pequeños gags pop (¡esas canciones!) y Harry Superstar Potter se pone caliente parcialmente con Hermione Nipples Granger y Cho Chang. Entretanto ver a Brendan Gleeson (por cierto una gran actuación para un papel inadecuadísimo), Robbie Coltrane y Maggie Smith haciendo el más voluntarioso ridículo en la pista de baile…. NO TIENE PRECIO. Luego está Rita Skeeter, fatal trasladada, que debería resultar ese toque extravagante que no kitsch que Kloves & Newell no termina de entender.

My mind's made up
The way that I feel


La esencia de Harry Potter 4: The Movie no es la magnífica secuencia de las sirenas: es cada una de las bromas excesivas, desentonadas y, seguramente, terriblemente involuntarias que propone al espectador. Kloves no quiere escribir más Potters (pero vuelve en la sexta: no os preocupéis) y aunque la película tiene una intro respetable: los flashbacks, la resolución del misterio, la traslación cutre-lujosa del Pensadero y TODOS los momentos RADCLIFFE lo salvan todo. Harry Potter 4 es una pura basurilla incapaz de satisfacer a quien disfrutó el libro, es una desternillante demostración de que toda la aparatosidad del mundo es nula para llevar a buen puerto una adaptación. Yo admito que me reí un montón de sus delirios inesperados pero que realmente me dormí. El aburrimiento le supera a uno, que asiste a sucesiones de efectos para nada logradas y sí muy convencidas de su grandilocuencia.