viernes, octubre 13, 2006

GENERACIÓN QUEMADA (IV): COLLECTED STORIES

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¡SE HABLAR! – George Saunders.
De Saunders no debería sorprendernos a estas alturas leer un ejemplar relato satírico. El suyo es el mejor sobre publicidad no me atrevería a asegurarlo sólo porqué fuese el primero en un tema que se reitera una y otra vez a lo largo del libro. Un impecable e implacable divertimento, Saunders debe seguir ahí siempre.


HABRÍA QUE DARLE UN NOMBRE – Matthew Klam.
No voy a ser yo quién dude de la genialidad de este relato y de su crítica y de su fuerza narrativa. Es espléndida la voz escogida y muy rítmcia. Pero no sé, de ahí a hablar de John Updike… me tomo la licencia de la duda distante. Eso sí otro relato que confirma la maestría de la antología. Un acierto indudable.

CISTERNAS – Judy Budnitz.
Entrando de lleno en los relatos que provienen de la Cheever High School of the Great Storytellers (no existe pero no suena tan mal) Judy Budnitz con esa maravillosa sensibilidad femenina (no digan tan pronto Lorrie Moore, digan mejor Ann Beattie) una cuentista espléndida y una de las historias más emocionantes del libro a través del relato de una visita de una hija a sus padres y la reticencia de la madre a ir al médico. Impresionante.

TEST DE COMPRENSIÓN – Myla Goldberg.
Estructuralmente funciona muy bien como parodia de los célebres tests norteamericanos: logra una narración más intelgiente que satírica como apunta. Goldberg apunta alto porqué consigue transmitir unas situaciones francamente buenas, veremos si promete esta nueva narradora judeoamericana. Por esta historia la colocaríamos junto a Judy Budnitz en las alturas.

MULTIPROPIEDAD – Jeffrey Eugenides.
Eugenides es ese hombre que escribió esa novela. Y este cuento les asegura que no defrauda: traslada a Florida la fuerza de los grandes cuentos de Cheever para narrar una conmovedora historia de perdedores que fundan un motel. Una melancólica y genial narración que, de verdad, les emocionara mucho. Eugenides sigues siendo envidiado

ENCARNACIÓN DE UNA GENERACIÓN QUEMADA - David Foster Wallace.
Siguiendo los pasos posmodernos David Foster Wallace es de ellos la cabeza más lista y visible, y la que verdaderamente nos alucina. Sus vanguardistas relatos desprenden grandes dosis de inteligencia. Esta impactante historia resume lo mejor de esta antología y es de lo mejorcito que he leído. Podría ser el mejor relato de la antología…

FAITH O CONSEJOS A UNA JOVEN QUE QUIERE TENER ÉXITO – Amanda Davis.
Al leer que Davis ha fallecido uno lo siente, al terminar el relato uno se lamenta más. Porqué bajo una excusa estructural se esconde una impresionante historia de una niña gorda. Amanda Davis es una de esas grandes narradoras abruptamente interrumpidas por la muerte. Una pieza maestra.

CARTAS DE STEVEN, UN PERRO, A MAGNATES DE LA INDUSTRIA – Dave Eggers.
Hubo un tiempo en que querían ser Hemingway, después quisieron ser Kerouac, y ahora (muchas estrellas del rock después) vuelven a querer ser otro escritor. Leo que los chicos quieren ser Eggers. Por fortuna Eggers, esa estrella emprendedora, es además un ingeniosísimo narrador. A medio camino entre Groucho Marx y su característica pirueta estructural no novedosa pero que mola (lo siento de nuevo Benjamin Kunkel) nos cose una muy conseguida historia. Esta seria la más representativa, que no la mejor.

ODONTOFILIA – Julia Slavin.
Un relato que recuerda mucho a El Pecho de Philip Roth: una kafkiana situación (esta vez a una mujer le empiezan a salir dientes por todo el cuerpo) y la sexualidad como otro de los temas vitales. Al final Slavin en una jugarreta talentuda resulta que nos engaña pero no para frustrarnos, sino para hablarnos del recuerdo y la melancolía.

UNA VERDADERA MUÑECA – A.M. Homes.
Diversión, acidez, y algunas dudas morales. Este relato de Homes es valiente como pocos y narra la peculiar relación que tiene un teen con la muñeca barbie de su hermana. Una gozada.

SUEÑO – Shelley Jackson.
A partir de aquí entramos en una bvreve fase del libro en la que la calidad disminuye considerablemente y tenemos la molesta sensación de que las estrellas de verdad y los nuevos descubrimientos ya han pasado. Shelley Jackson es otro caso de norteamericana que leyó a Cortázar y descubrió el mundo. Su relato lo mejor que se puede decir es que termina pronto. Bien.

EL PRIMER HOMBRE – Stacey Ritcher.
Intermitencia de talento: hay futuro en Ritcher pero antes debe manejar con más soltura ciertos resortes narrativos que se antojan típicos (en la composición y exposición de lo que ocurre se huele mucho déja vu). Sin embargo es un cuento logradísimo en su conjunto.

EL PROTAGONISTA – Aimee Bender.
Un chico que tiene dedos como llaves y que abren puertas, otra kafkiana situación, para un relato que en general deja indiferente pero tiene un final de esos emocionantes. Es hábil en el terreno emocional para el lector pero no destaca en demasía más que por esos instantes.

LOS CENTROS COMERCIALES INVISIBLES – Ken Kalfus.
Reformulando a Italo Calvino pero con la consabida jugarreta de crítica a ese shangri la norteamericano como es el centro comercial, Kalfus compone una historia graciosa pero no muy afortunada. Pesa sobre él la sombra de Calvino y en cierta manera la evidencia de su relato amparado en una estructura que no parece tan efectiva, y un mensaje que ya no es tan vitriólico.

LA RANA DE LAS NIEVES – Arthur Bradford.
Empieza muy bien, con una sequedad narrativa propia de un relato de Carver (con ese marco de outsiders aislados y anónimos) pero termina muy mal, cayendo en un realismo mágico simbolista que se atraganta. Así como Jackson descubrió a Cortázar, Bradford parece decir hola a GGM de una forma muy tópica para el lector de aquí.

VIDEOAPARTAMENTO – Jonathan Lethem.
Junto con el siguiente forman el verdadero clímax final de la antología: Lethem es un heredero muy sabio de las historias dickianas pero busca ir más allá. Su relato detectivesco en clave de sci-fi es fascinante de principio a fin y es una de las joyitas maestras que tiene el libro (y lo bueno que tienen es que resultan impresionantes).

EL BRAZO MALO – Sam Lipsyte.
Y dios bendiga a Sam Lipsyte.: tras salir de la fantasía lethemiana nos sumergimos en el peculiar viaje de Lipsyte con una brillante construcción de personajes y un epicentro (un brazo lleno de todo tipo de males, desde picadas de mosquito hasta quemaduras) para llegar a uno de esos finales en estado de gracia (y sin necesidades chejovianas forzadas).

CIRCULACIÓN – Rick Moody.
Entramos en el desagradable final que pueden aguar la boutade de Lethem y Lispyte para el buen lector. Una vez Rodrigo Fresán dijo que Rick Moody era John Updike por aquello de que algún día escribió esa gran novela que es La tormenta de hielo (que sigue la ruta Parejas) , no obstante ello no justifica tamaño insulto a la obra de Updike. Moody, cada día lo parece más, es un tipo que tuvo suerte: este es el peor relato con diferencia y la palabra nefasto se queda corta. ¿Cree Moody que es muy ingenioso? Espero que él tenga convicción.

MANUAL PARA PUNTUAR LAS ENFERMEDADES DEL CORAZÓN – Jonathan Safran Foer.
:O Soy Jonathan Safran Foer.
…… Viva Israel ….. (Franklin --- ;P )
Nicole Krauss (K)
:( No vuelvas a escribir tomarnos el pelo Safran :(
:( : Este es el símbolo de un lector cansado de la gente que es muy original y sensible por vocación no por valía. Y de "si quitas los símbolos queda un vacío" .

5 comentarios:

Anónimo dijo...

vamos! moody es de lejos uno de los mejores narradores norteamericanos no sólo de su generación, sino de cualquiera. no leí este cuento, pero sí la mayoría de sus libros. pocos escritores están a su altura y a la altura de su prosa poderosa y entrañable.

Anónimo dijo...

Sólo discrepo en tu valoración de "El protagonista". Es un relato que me encanta, creo que deberías leértelo otra vez, Alvy. O bueno, qué coño, discrepemos que es bastante sano.
Alvy, de Bradford me gustaría que consiguieras: ¿quieres ser mi perro? A ver qué te parece. Yo es un libro que todavía no he conseguido saber si me encanta o lo odio, y lo guardo como oro en paño precisamente por eso. La verosimilitud y la construcción de esta la manda a tomar por culo desde el primer relato, pero por contra tiene unas historias tan raras y, en cierto modo, sugestivas, que me resulta imposible decir algo concreto.

Es un puto agujero negro narrativo..


El de Moody es lamentable. R, exageras demasiado acerca de él: si ese es el mejor relato corto que puede parir, apaga y vámonos.

JAB dijo...

El análisis está muy bien, Alvy, pero corres el peligro de caer en un vicio: valorar la obra de un escritor partiendo de la lectura de un único cuento. Recuerda que todo el mundo tiene un mal día, alguna vez.
Lo mejor de estas antologías es que te empujan a buscar los libros de cada autor.

Enrique Ortiz dijo...

muy buena reseña, Alvy; me servirá de guía para la lectura, Un saludo.

Glenda dijo...

Exacto,es como dice Jab,estas antologías sirven para interesarse por todos estos autores,y a mi me viene very bien,merçi beaucoup ,Alvin.