martes, marzo 04, 2008

Los extremos de la obra maestra

El consenso obliga a espabilar y hacer canon, supongo. En todo caso, Super Mario Bros, la tercera aparición del fontanero configurado por la compañía Nintendo, parece condenada a sobrevivir como eterna obra maestra, inalcanzable. Estos días, cortesía de Liana, me reencuentro con el juego en su versión para Game Boy Color, con ese añadido tan de bombón: Deluxe (llamado también así por incluir exquisitas variaciones entorno al juego original del 85). Hay, al menos, dos detalles en la inteligencia del juego que aunque pasen desaparecibidos, son capaces de desencajar al jugador más conaisseur. Prefiero la travesura, de la segunda pantalla aquella que transcurre en el underground, de situar al protagonista a la misma altura que el contador (el de tiempos, monedas y demás): nunca un espacio había llegado a ser tan ancho y una metáfora acerca de los resortes, tan intertextual. Absolutamente revolucionario.

Hay otros detalles respecto a la inteligencia de los villanos que me admira: el Goomba, es por lo general un estúpido, un animal inconsciente de las alturas y los desniveles en las montañas. Pero el Koopa Troopa no: el caracol sabe girar cuando toca. Y finalmente un detalle ya arrebatador, que mezcla la biología con el diseño inteligente de los espacios: cuando uno consigue la flor, tras la clásica seta, si es herido, y por lo tanto pierde su bendita ALTURA, esa flor ya no surte el efecto deseado, el de lanzar bolas de fuego. El espacio en Super Mario Bros nace y se configura a través de su protagonista y sus características (¡sólo en las visitas al castillo de Bowser parece que se nos trate de angustiar, pero ni así!): si esto no es narrativa subjetiva a través de los videojuegos, lo cierto es que no hay forma más clara de explicar porque los detalles constituyen cualquier obra maestra.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Miro a mi niño jugar encantado Mario Bross, después de su entrenamiento ajedrecístico. Me pregunto si yo dejaría de leer (mi tiempo está muy comprimido) para experimentar las delicias de la obra maestra que ponderas.

Lo que por ahora disfruto son sus soundtracks que vía mp3's escucho en mis diarias travesías.
:)

V.

Mycroft dijo...

Pruebe a jugar con Crystal castles de fondo. Psicotropía.