miércoles, abril 19, 2006

Y USTED ¿TIENE REFERENCIAS?

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UNO. Que llenar tu obra de referentes puede convertirse en una de las bellas artes ya lo sabemos. Los referentes son muchos y variados y sino miren la naturaleza fascinante de los links. Sin embargo en el cine una intentar referenciar (o mas bien, parecerse a) puede acarrear ser muchísimo más estúpido que inteligente.
DOS. No les voy a soltar (contra todo lo que puedan llegar a pensar) un discurso de los defectos del cine de Brian De Palma, el “discípulo de Hitchcock” para unos, y “el plagiador descarado del ídem” para otros, los más puristas claro. De Palma tiene una inventiva y una inteligencia fuera de serie en su cine. A lo que íbamos es por ejemplo al corto Yeah Yeah Yeah! uno de los participantes de la edición de Fotogramas en Corto. Lo que pretende este cortometraje es acercarse a entre otros, el cine de Wes Anderson. Y he aquí el meollo de la cuestión. ¿Qué pasa cuando este “referenciado” ya está lo suficientemente surtido de otros referentes? Pues que el intento de “parecerse”, “homenajear” (llámenlo como quieran) se queda en un tímido acercamiento estético con esos guiños continuos a la cultura pop, que por otra parte sólo es una fuente nutritiva de las películas de Anderson. El corto de Marçal Flores no se acerca a la sensibilidad de Anderson (alumno recién salido de Franny y Zoey con alma de Peanut, como ya he reiterado otras veces) y lo que hacen es un acercamiento nimio.
TRES. El caso más exagerado es Quentin Tarantino, y sino revisen la filmografía de Michael Madsen pos-Reservoir Dogs, y lo que John Constantine en los comentarios a la crítica de Revolver de Mr. Refo ha llamado las “neopulp fictions”. ¿Qué ocurre? (Guy Ritchie aparte) pues que el cine de Tarantino lo mismo se alimenta de Sonny Chiba que de Godard, e intentar plagiar a Tarantino es poco menos que un suicidio intelectual que viene condenado al fracaso de antemano (¿a que espera alguien para llevarme la contraria?).
CUATRO. Por suerte es poco recordado, pero Woody Allen también ha tenido su “intención de crear escuela”. Miami de David Frankel lo heredaba todo (créditos blancos sobre fondo negro a ritmo de jazz; Mia Farrow ; matrimonios en crisis…) pero el fracaso fue estrepitoso. Lo más obvio es que Miami no es Manhattan, y los films de Allen también tienen sus pequeños referentes aunque no lo parezcan, y resulta bastante parco acercarse a la filmografía del neoyorquino de una forma tan obvia como insatisfactoria. Porqué Allen tiene dos ramas importantes, por un lado ciertos temas heredados de la literatura judeoamericana, de autores como Philip Roth (no tan lejano a Allen como pudiera parecer) o por el otro esa escuela del humor judío que lidera Groucho Marx (los libros de Allen son maravillosas ampliaciones de las genialidades perpetradas por Groucho) Por mucho que se diga Cuando Harry encontró a Sally no es una película pretendidamente “woodyalleniana”. Es fruto del encuentro entre Rob Reiner y Nora Ephron, y hay que tener varios factores en cuenta: si la película destila algo de humor “ a la allen” es porqué su director es hijo de otro maestro del humor judío, el también realizador Carl Reiner (que si rizamos el rizo podríamos decir que algo de Carl hay en Woody), y porqué nadie duda que a Nora Ephron , tan enamorada de la Gran Manzana como Allen, le gustó mucho Annie Hall.
CINCO. Y es que nadie duda que en la otra cara de la moneda se pueda superar al referente en muchísimos aspectos. El ejemplo más claro que me viene ahora a la cabeza son Una serie de catastróficas desdichas de Lemony Snicket de Brad Siberling en la que Tim Burton es fundamental en la propia estética del film, pero es que contando con variopintos colaboradores del mismo Tim (Emmanuel Lubezki en la fotografía o Colleen Atwood en el vestuario) su director teje su mejor película, una suerte de cinta de aventuras pos-Burton pero con un ritmo de los mejores Indiana Jones. Es decir, una cinta tan perversa como siniestramente atractiva.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ciertamente. Tarantino homenajea-plagia (entre otros) a Godard. A Woody Allen le salen malos imitadores por todas las partes del mundo. Qué difícil es un poco de originalidad. Qué fácil rizar el rizo.

Saludos

Anónimo dijo...

interesante texto, sí señor. de todas formas de toda la vida han existido los "manieristas" y nunca han estado mal vistos. un saludo desde la butaca.