(Crash, 2005).
D.: Paul Haggis.
G.: Paul Haggis a partir de una historia de Bobby Moresco y Paul Haggis.
I.: Matt Dillon, Thandie Newton, Don Cheadle, Jennifer Esposito, Terrence Howard, Ryan Philippe, Ludacris, Brendan Fraser, Larenz Tate, Sandra Bulock, William Fichtner, Keith David, Loretta Devine, Shaun Toub, Tony Danza, Nona M. Gaye.
Duración.: 100 minutos. Color.
BSO:
Stereophonics - Maybe tomorrow.
Chris Pierce - Are you beautiful.
"Es la sensación de contacto... en cualquier ciudad por la que camines, ¿comprendes?, pasas muy cerca de la gente y esta tropieza contigo. En Los Angeles nadie te toca. Estamos siempre tras este metal y cristal y añoramos tanto ese contacto que chocamos contra otros sólo para poder sentir algo "
Tras varias visiones, y muchas revisiones de otras películas, puedo asegurarles varias cosas. Crash es una buena película. Para mi dista mucho de ser una obra maestra, y también de ser una mala película. Pero lo que está claro es que no es la película del año, que ha premiado los Oscar. Brokeback Mountain contiene quizás más acierto que la cinta de Haggis, pero a decir verdad, la mejor película (nominada a los Oscar en esa categoría) era indiscutiblemente Munich que me parece una cinta realmente arriesgada y rompedora. La que nos ocupa, es una cinta más que radiografia las heridas que se abrieron aún más tras el 11S, esas heridas que no dejan de ser una mala mezcla de miedo e intolerancia entre otros factores.
Paul Haggis el guionista de Million Dollar Baby ha cosido un sólido guión para contarnos una fábula moral y coral sobre el racismo en la urbe de Los Ángeles. Tal y como se ha señalado Crash pretende ser un émulo fílmico a la Gran Novela Americana (esa que tantos autores buscan), y la verdad, es demasiado ambiciosa y quiere erigirse en la Gran Película Americana sobre el racismo.
Aún así, pasaré primero a comentar el aspecto más interesante de la concepción de la película de Haggis. Su mayor virtud reside en una hábil y en momentos tremendamente brillante primera hora, donde se presentan a los personajes. La forma de presentarnos cada conflicto racial es bastante compleja en el fondo, y escapa en apariencia de algún que otro topicazo. Se acumula mucha tensión, pero en esa hora, detecté en Haggis una cierta lectura del empirismo de David Hume. El filósofo y teórico británico (1711-1776) decía que el ser humano casi siempre establecía sus juicios basándose en la experiencia adquirida, y pocas veces lo hacía basándose en la razón. Y así hacen los personajes de la película, se mueven con un extenuante grado de prejuicios, debido a una mala experiencia, o al puro miedo a lo desconocido. Así culpan a los demás de sus problemas. El mayor acierto de Crash es que a partir de los planteamientos de Hume consigue que todo el público entienda a los personajes, aunque no lo hace solamente por ello.
Y es que podemos decir cualquier cosa, pero la ganadora del Oscar a la mejor película, rechaza total y completamente la sutilidad. Quiere ser clara y explícita. No pretende nunca Haggis excederse en la violencia gratuita, todo el clima está creado de la tensión que arrastran estos personajes que incapaces de afrontar su propia vida (o su propia e inequívoca soledad) culpan a los demás, ejemplo de ello son la secuencia de It's a very good cloak es de lo mejorcito de la película, consigue indudablemente el efecto deseado o la del accidente de coche, resultan los dos momentos más arrolladores para el espectador. Y por ello se respalda en un enorme reparto, donde consigue que un actriz que tan poco soporto, Sandra Bullock, logre estar olvidable o en el mejor de los casos, soportable. Aunque los nombres del reparto son varios, destacan por luz propia Matt Dillon (un colosal actor a redescubrir) y el siempre grande Don Cheadle. Ambos llenan la pantalla y siempre suben de tono cualquier cosa o personaje al que se enfreten, pero es que Dillon le saca toda la miga a su papel bombón. Terrence Howard también resulta un nombre a tener en cuenta.
Ahora bien, el trabajo de Haggis de colisión con el espectador también tiene sus trabas. La película funciona como un buen impacto a todo el gran público, ya que juega muy astutamente (y esto no es ningún reproche) con las emociones de los personajes, se cuida de que éstos nos resulten cercanos, los inunda de preocupaciones cotidianas. Pero esta explicitez deja paso a las otras cojeras.
El referente más directo de Crash es una olvidada y grandiosa cinta de Lawrence Kasdan, también sobre racismo, también ambientada en Los Ángeles, llamada Grand Canyon, el mejor trabajo del olvidado Kasdan, que componía también un magnífico tapiz sobre el estallido de la intolerancia entre etnias como pretexto a las frustraciones existenciales del hombre mundano. Aquel film se cuidaba también de una sensible puesta en escena, y Crash no sólo “hereda” esos rasgos.
El montaje del film remite claramente a las magníficas estructuras que tanto y tan bien han cosido Robert Altman y Paul Thomas Anderson, y los copia directamente. Mientras que PT Anderson cogió referentes pero se convirtió en voz propia, la película de Haggis no ensombrece para nada a sus referentes, al contrario, éstos lanzan muchas dudas sobre el film.
La película funciona bien en su objetivo de lanzar un mensaje y que el público sea impactado por él, pero su tamiz de historias hace que una de ellas termine siendo muy forzada, y además vuelve a lanzar otra “herencia” poco cautelosa, y algo recalcitrante. Esa nieve que riega la ciudad al final, no es más que una vulgar relectura del magnífico final con lluvia incluido en la indispensable Magnolia. La dirección de Haggis es siempre funciona y muy eficaz (un rasgo que tampoco se debe menospreciar, pero si valorar en su justa medida), pero no presenta ningún rasgo llamativo u personal, ni se anuncia como una de los nuevos autores del cine norteamericano. En lo que acierta Haggis es en su hábil selección de música, que también incluye la magnífica partitura del siempre grande Mark Isham.
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1 comentario:
Yo creo que tengo una idea sobre lo que "Crash" nos quería contar: no nos quería contar nada. N-a-d-a. Sólo quería hacer ruido. Y vaya si lo consiguió...
Y que esta medianía vaya a perdurar más que la obra maestra de Cronenberg del mismo título...
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