domingo, agosto 06, 2006

"WHITE NOISE" (UN CAPÍTULO)

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Don DeLillo.

El martes tuvieron que evacuar la escuela primaria. Los niños sufrían dolores de cabeza e irritaciones oculares, y se quejaban de un sabor metálico en la boca. Una de las maestras comenzó a rodar por el suelo y a hablar lenguas extranjeras. Nadie sabía qué estaba ocurriendo. Los investigadores dijeron que podía tratarse del sistema de ventilación, las pinturas y los barnices, las espumas aislantes, los aislamientos eléctricos, la comida de la cafetería, los rayos emitidos por los ordenadores, las protecciones de amianto contra incendios, los adhesivos de los empaquetados y los vapores de cloro de la piscina o quizá de algo más profundo, de grano más fino, aún más estrechamente entrelazado con el estado básico de las cosas.

Denise y Steffie se quedaron en casa durante aquella semana mientras grupos de hombres ataviados con trajes de Mylex y máscaras antigás revisaban sistemáticamente el edificio con sus detectores por infrarrojos y sus equipos de medición. Dado que el Mylex también se considera un material sospechoso, los resultados tendían a ser ambiguos y hubo que programar una nueva y más rigurosa sesión de inspecciones.

Las dos niñas, Babette, Wilder y yo fuimos al supermercado. A los pocos minutos de entrar nos topamos con Murray. Era ya la cuarta o quinta vez que me lo encontraba allí, aproximadamente el mismo número de veces que le había visto en el campus. Asió a Babette por el bíceps izquierdo y se deslizó a su alrededor, aparentemente olfateando sus cabellos.

Continua leyendo este capítulo de Ruido De Fondo.

PD: Regreso. Antes de tiempo gracias a esta sensacional pieza que nos lleva a todos a la misma conclusión: DeLillo es sensacional y hay que leer esta novela cuanto antes.

4 comentarios:

Alicia Liddell dijo...

Percibo que llega con energías renovadas.

Miguel Sanfeliu dijo...

Hace tiempo que leí esta novela. Tengo la edición de Circe. Desde luego, es imprescindible, obligatoria.
Por cierto, la película "The trigger effect" ("El efecto dominó"), de David Koepp, tiene ciertos destellos de este libro, ¿no crees?
Un saludo.

Señor Toldo dijo...

¡Volver con DeLillo es volver por todo lo alto! Bienvenido!

Francisco Ortiz dijo...

DeLillo me espera, en la estantería, mirándome de reojo. Has reactivado su fuerza.